¿Alguna
vez le diste like a la foto de una niña con cáncer para mostrarle que “te
importa”? ¿O escribiste amén para apoyar a otro niño con una enfermedad
terminal? En Facebook estas
publicaciones se cuentan por miles y todas ellas, sin margen de error, son publicaciones falsas.
Los especialistas lo advierten:
estás en un error. Pero a uno, que se conmueve hasta los huesos con las imágenes
de niños enfermos, de ancianos a poco de morir o de santos que te piden orar,
damos like, compartimos y comentamos porque, al fin y al cabo, ¿Qué es lo peor que podría suceder?
Lo
que esconden estas páginas es aterrador, pues contribuimos con sujetos que no
los mueve la vanidad propia de tener likes, sino con un negocio que les genera
mucho dinero y que podría ser perjudicial para nosotros.